En esta semana "sabática" que nos hemos tomado, han pasado por nuestras narices distintos modelos de hombres a los que empezamos a estudiar detenidamente (no porque estuviéramos al pedo, eh?, sino porque dan pa'l estudio). Y así nos cruzamos con el hombre bueno y pacífico, que hay que pegarle en la nuca para que reaccione; con el hombre inteligente y astuto, que sabe cuándo le van a pegar en la nuca y está atento; con el hombre dullllllllllce como la miel que te da ganas de morfártelo a besos a cada rato... y con el HOMBRE HISTÉRICO!!!.

Quien diga que nunca conoció a uno, que le vaya a contar a Mongo esa mentirosota. El hombre histérico EXISTE, gente!!. Vaya si existe!!. Es es ese que "sí pero no", o el que "voy pero me quedo", o el que "me gusta pero no me gusta", o el que "lo hago pero mejor no lo hago". Ese que te moscardonea en la oficina, se hace el liberado, el vivaracho, pero cuando le llega el momento de los bifes a la plancha, huye despavorido hacia otros rumbos. Ese que se hace el boludito y te mira, te mira, te mira y cuando lo pescás mirando, revolea los ojitos y silba. O ese que rompe las bolas hasta que, casualmente, le das bola y entonces te dice "pero mejor seamos amigos". ANDÁ A CAGAR, HISTÉRICO DEL ORTO!. Pst!.
Si conocen ejemplares para sumar a nuestros ejemplos, publíquenlo. Son una raza en constante crecimiento. Nos van a invadirrrrr.
(Tito!, no te hagas el histérico y traé ese mate para acá!)