...NUEVAMENTE, MI MADRE HA DICHO...

En mi casa habemus 2 gatos: Blas, un gato siamés de 5 años y Luka un gato atigradito pelirrojo, de 1 año. Y (el amor de mi vida): Valentín, un dálmata de 10 años. Esta aclaración viene a cuento para ponerlos en tema acerca de otra de las frases que la mente de mi madre (síiiiiiiii, Juanita, la madre de Culito, o sea "eu") puede elucubrar en ciertas situaciones. Paso a relatar: Blas (el siamés) se raja al techo. Pero, estuvo 48 horas en el techo. Luka (el colorado) subía y bajaba como diciéndole. "Dale boludo, bajá porque acá te vas a cagar de hambre y de sed". Y no había caso, che. El siamés del orto no bajaba. Nos miraba desde el techo haciéndonos bartolitas. Mi madre, que adora a Blas, sentada en el patio, en medio de los ficus, los cisus y los demás "isus" que la rodeaban, mirando a Valentín, perpleja y casi a punto de llorar desconsolada, le manda:

"Valentín, fijate que Blas está en el techo y no está queriendo bajar, a ver si vos que sos perro le podés decir que ahí arriba se va a cagar de hambre. Porque fijate que Luka no lo está pudiendo convencer... y eso que es gato".

... y agrega mirándome a mí:

"Será que a Luka no le da bola porque no es de raza????"

Sí... no es fácil mi vida, como podrán apreciar... (Tito, un mate con Alplax pa' mí... Gracias)